Nevo simple (nevo benigno, nevo pigmentado, lunar, marca de nacimiento): neoplasia benigna de la piel, que es una mancha o un pequeño nódulo que se eleva ligeramente por encima de la piel. El nevus simple puede ser congénito o adquirido (aspecto característico a cualquier edad). Aproximadamente el 3% de los recién nacidos presentan una pluralidad de nevus simples. Con la edad, la proporción de multiplicidad aumenta. Por sexos, los nevus simples son algo más frecuentes en las mujeres que en los hombres, en una proporción de 3: 2, respectivamente.

Factores predisponentes


No existe una razón clara para la aparición de nevus simples. Sólo cabe hablar de factores predisponentes que, en mayor o menor medida, pueden aumentar el riesgo de neoplasias:

  1. Factor genético: la aparición de nevus pigmentados puede deberse al genoma humano;
  2. Radiación ultravioleta: la radiación ultravioleta artificial o solar provoca una reproducción más rápida de las células nevoides y una producción excesiva de melanina (pigmento cuya acumulación se observa en los nevus);
  3. Cambios hormonales: las fluctuaciones hormonales en el organismo (especialmente las hormonas sexuales, tiroideas y suprarrenales) pueden afectar a la aparición de nuevos nevus y al crecimiento de los ya existentes;
  4. Las radiaciones ionizantes, las enfermedades víricas y las lesiones también pueden desencadenar la aparición o el crecimiento de nevus simples.

Diagnóstico


El diagnóstico de los nevos simples se basa en un examen clínico, que incluye una exploración rutinaria de la formación y una dermatoscopia. Si se sospecha un crecimiento maligno, puede realizarse una biopsia.

Síntomas


En la inspección visual de un nevus simple, se determina una mancha o un nódulo ligeramente elevado. Lo más frecuente es que la formación sea simétrica (ovalada o redonda), sin embargo, los nevus congénitos de gran tamaño también pueden tener una forma irregular. La superficie del nevus es una textura de la piel ordinaria (rara vez – difiere ligeramente del patrón de la piel).

Los límites del nevus benigno son claros y uniformes. Los nevus congénitos grandes y gigantes pueden tener bordes irregulares. El color del nevus simple varía de bronceado a marrón oscuro, con la distribución del pigmento en toda la formación uniforme. A veces hay una disminución gradual de la intensidad del color en la dirección del centro a la periferia. Las tonalidades del nevus congénito pueden cambiar en los primeros años de vida de una persona.

La presencia de un nevus benigno no afecta al crecimiento del pelo. Con menor frecuencia, en la zona del nevus congénito se produce un crecimiento más intenso del vello erizado y grueso, que suele combinarse con una marcada pigmentación marrón.

Los tamaños de los nevus benignos simples pueden variar dentro de amplios límites, sin embargo, las formaciones más comunes son de hasta 10 mm. Los nevus de más de 10 mm – en la mayoría de los casos congénitos, son raros, pueden alcanzar 20 cm o más (nevus congénitos gigantes).

A la palpación de un nevus simple, no hay características: la consistencia de la piel ordinaria. Las sensaciones subjetivas también están ausentes.

Las neoplasias se localizan principalmente en el tronco (~ 38%) o las extremidades (~ 48%), con menos frecuencia en la cabeza y el cuello (~ 14%).

Los nevus de las superficies plantar y palmar (nevus acrales) son algo diferentes en forma, contorno y distribución del pigmento de los nevus ordinarios, lo que se asocia a la presencia de un patrón cutáneo característico («huellas dactilares»). Los nevus de esta localización tienen forma alargada, contorno irregular, color más oscuro y distribución del pigmento en forma de rayas paralelas.

Descripción dermatoscópica


Con la dermatoscopia de un nevus simple se visualizan las siguientes características:

  • La red pigmentaria es un patrón de agujeros hipopigmentados y líneas homogéneas de marrón claro a marrón oscuro. Las líneas se adelgazan uniformemente hacia la periferia de la formación;
  • Puntos – son pequeñas estructuras redondas hiperpigmentadas que se localizan en el centro o se encuentran en las líneas pigmentadas de la red;
  • Glóbulos – grandes estructuras anulares hiperpigmentadas que se distribuyen uniformemente por todo el nevus o en el centro, rara vez se encuentran en la periferia;
  • Manchas – zonas hiperpigmentadas sin estructura situadas en el centro;
  • Red vascular – representada por vasos monomorfos difusos ligeramente curvados;
  • Resplandor estrellado – rayas y puntos pigmentados situados en forma de rayos en la periferia;
  • Tinción uniforme difusa de toda la formación.


Los nevos acrales presentan algunas características en la imagen dermatoscópica:

  • La acumulación de células nevus se encuentra principalmente en los surcos, y la de melanocitos atípicos en las crestas. El conducto ecrino se abre a la epidermis a través de crestas, lo que puede ayudar a distinguir la cresta del surco;
  • El patrón principal es enrejado, paralelo y fibrilar. El patrón fibrilar es más común en la superficie plantar del pie (en el lugar de mayor aplicación del peso corporal).

Diagnóstico diferencial


El diagnóstico diferencial se realiza con neoplasias pigmentadas como:

  • Hiperpigmentación postinflamatoria
  • Melanocitosis dérmica congénita
  • Nevus de las glándulas sebáceas
  • Nevus halo
  • Nevus de Spitz
  • Nevus azul
  • Lentigo
  • Nevus displásico
  • Lentigo melanoma
  • Melanoma


Riesgos

El nevus simple es seguro y no conlleva un mayor riesgo de melanoma. En ausencia de efectos externos sobre el nevus pigmentado (traumatismo, radiación ultravioleta, radiación ionizante) – el riesgo de degeneración maligna es comparable al riesgo de melanoma en la piel sin cambios. Signos de una posible malignización de un nevus simple: un cambio de aspecto, la aparición de sensaciones subjetivas.

Se observa un ligero aumento del riesgo de melanoma en el nevus congénito, pero esto es más típico de las lesiones pigmentadas de gran tamaño (más de 20 cm de diámetro). El riesgo de melanoma en el fondo de un nevus congénito de hasta 20 cm es inferior al 1%.

Los nevus congénitos grandes y múltiples pueden asociarse a diversos síndromes genéticos y enfermedades, por lo que estos pacientes requieren una observación y un examen más cuidadosos.

Tácticas

En ausencia de cualquier efecto perjudicial sobre el nevus simple, cambios en la apariencia y sensaciones subjetivas – autocontrol (o examen con la ayuda de otras personas en zonas inaccesibles) es suficiente al menos una vez al año. Si se han producido daños mecánicos en el nevus, su irradiación activa con radiación ultravioleta o ionizante, así como si se observan cambios en el propio nevus o aparecen sensaciones antes ausentes, es necesario consultar a un dermatólogo u oncólogo.

El especialista determina la posibilidad de un seguimiento dinámico posterior (las condiciones se determinan individualmente) o se dan indicaciones para extirpar el nevus dañado. Es necesario extirpar aquellos nevus que están sometidos a un traumatismo constante y crónico con la ropa, las joyas o debido a las características del empleo profesional.

En el caso de la observación dinámica, es de gran valor la fotofijación de las neoplasias cutáneas, que posteriormente determinará incluso pequeños cambios en el aspecto del nevus.

Los pacientes con lunares congénitos o múltiples adquiridos requieren un examen por un dermatólogo u oncólogo en primavera y otoño (antes y después de la temporada de playa). A estos pacientes también se les recomienda elaborar un mapa de neoplasias cutáneas, lo que simplifica enormemente la observación posterior, la búsqueda de nuevas formaciones o un cambio en las existentes.

Tratamiento

Sólo quirúrgico (clásico, con bisturí eléctrico o radial) con examen histológico obligatorio.

No se recomienda el tratamiento del nevus pigmentado con métodos destructivos (extirpación con láser o criodestrucción).

Prevención


La prevención de la aparición de nevus y su malignización consiste en una actitud suave y cuidadosa con la piel:

  • Limitación de la radiación ultravioleta (cama bronceadora, bronceado solar);
  • El uso de cremas protectoras durante los periodos de sol activo;
  • Exclusión de traumatismos cutáneos crónicos;
  • Limitación o exclusión de radiaciones ionizantes, riesgos laborales;
  • Cumplimiento de las medidas de seguridad cuando se trabaja con factores que dañan la piel;
  • Higiene personal y conocimiento básico de los tumores cutáneos.


Además, es necesario realizar un examen periódico del nevus pigmentado, consultar a tiempo a un especialista en caso de cambios externos y extirpar las neoplasias potencialmente peligrosas.