La urticaria alérgica es una afección frecuente que provoca erupciones cutáneas inflamadas y con picor parecidas a picaduras de insectos o quemaduras de ortiga. Suele desarrollarse en respuesta a alérgenos, por lo que requiere un diagnóstico preciso y un tratamiento específico.

Epidemiología

La urticaria alérgica es una de las reacciones alérgicas más frecuentes. Según diversos estudios, su prevalencia oscila entre el 10% y el 20% en la población general. En particular, los casos agudos se dan con más frecuencia en niños y adultos jóvenes, mientras que las formas crónicas tienden a afectar a los adultos, especialmente a las mujeres.

Fisiopatología

La urticaria alérgica es el resultado de una respuesta inmunitaria compleja en la que intervienen varios mecanismos clave:

  • Activación de los mastocitos: Cuando un alérgeno entra en el organismo, los mastocitos degranulan y liberan histamina, así como otros mediadores inflamatorios como prostaglandinas y leucotrienos.
  • Respuesta de la histamina: La histamina provoca la dilatación de los vasos sanguíneos y aumenta la permeabilidad capilar, lo que a su vez provoca hinchazón y formación de ampollas.
  • Activación inmunitaria: En algunos casos, los anticuerpos IgE específicos confirman el origen alérgico de la reacción.

Causas de la urticaria alérgica

El sistema inmunitario desencadena la urticaria tras el contacto con determinadas sustancias (alérgenos). Este contacto activa los mastocitos y los basófilos, provocando que liberen histamina y otras sustancias químicas. Como resultado, se produce hinchazón y erupciones cutáneas.

Los alérgenos más comunes son:

  • Alimentos: leche, huevos, frutos secos, pescado, marisco, algunas frutas
  • Medicamentos: especialmente antibióticos y AINE
  • Picaduras de insectos
  • Alérgenos de contacto: látex, cosméticos, productos químicos
  • Factores físicos: frío, calor, luz solar, presión (menos frecuente)

Tipos de urticaria

La urticaria alérgica puede clasificarse según su duración:

  • Urticaria aguda: los síntomas duran menos de seis semanas, suelen resolverse en una semana y sólo el 40% de los casos evolucionan a una forma crónica.
  • Urticaria crónica: Esta forma persiste durante más de seis semanas, con al menos dos episodios por semana. En muchos casos, los síntomas continúan durante más de un año. Los desencadenantes pueden ser enfermedades autoinmunes o infecciones crónicas.

Síntomas

Los síntomas varían según la persona y el tipo de alérgeno. La urticaria aparece en forma de ampollas cutáneas rojas o rosadas que pican, con bordes claros y sin descamación. Estas ampollas pueden fusionarse, moverse y desaparecer en cuestión de horas o días. Suelen aparecer en el tronco, las extremidades y la cara.

Los síntomas graves pueden incluir:

  • Rápida propagación de la urticaria por todo el cuerpo, incluida la cara, los labios y alrededor de los ojos.
  • Hinchazón facial importante, especialmente alrededor de los párpados y la boca.
  • Dificultades respiratorias y congestión nasal
  • Opresión torácica y presión arterial baja
  • Malestar gastrointestinal: náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea
  • Mareos, dolor articular y fiebre

Complicaciones

  • Angioedema (edema de Quincke): Esta afección provoca una inflamación profunda de la piel, las mucosas y las vías respiratorias, pudiendo provocar asfixia.
  • Anafilaxia: Una reacción alérgica sistémica grave puede provocar rápidamente insuficiencia respiratoria y colapso circulatorio. Por lo tanto, requiere atención de urgencia inmediata.

Diagnóstico

Los médicos adaptan el diagnóstico de la urticaria alérgica a cada paciente. Evalúan los posibles alérgenos, las exposiciones recientes y las enfermedades coexistentes. A continuación, se realiza un examen cutáneo, seguido de otras pruebas si es necesario.

Los métodos de diagnóstico incluyen:

  • Prueba cutánea alérgica: Un médico aplica extractos de alérgenos en la piel y pincha la superficie para observar si se produce una reacción. Un resultado positivo aparece como una pequeña ampolla que pica en 20 minutos.
  • Análisis de sangre de IgE específica: Esta prueba mide los niveles de anticuerpos IgE específicos de alérgenos. Los niveles elevados sugieren una exposición previa al alérgeno. Los resultados suelen llegar en 2-3 días.

Además, en caso de sospecha de urticaria crónica, los médicos pueden realizar pruebas para detectar enfermedades autoinmunes o inflamatorias.

Tratamiento

El tratamiento se centra en aliviar los síntomas y prevenir las reagudizaciones. El médico adaptará el enfoque en función de la gravedad y las causas subyacentes.

Los principales tratamientos son:

  • Antihistamínicos: Son el tratamiento de primera línea (por ejemplo, cetirizina, levocetirizina, loratadina).
  • Corticosteroides: El uso sistémico a corto plazo (por ejemplo, metilprednisolona, dexametasona) se considera para los casos graves.
  • Inmunosupresores: Se utilizan para las formas crónicas (por ejemplo, ciclosporina).
  • Biológicos: Para la urticaria crónica grave, fármacos como el omalizumab pueden ayudar a reducir los niveles de IgE.

Primeros auxilios en casa (para la urticaria aguda)

En caso de reacción repentina:

  • Tome inmediatamente un antihistamínico.
  • Aplique un corticosteroide tópico sobre la piel afectada.
  • Busque atención médica sin demora.

Prevención

Para reducir la probabilidad de reagudizaciones:

  • Seguir una dieta hipoalergénica si se conocen alergias alimentarias.
  • Evite el contacto con alérgenos como medicamentos, polen y productos químicos agresivos.
  • Lleve ropa holgada y transpirable y evite los tejidos ásperos, las pieles o los materiales sintéticos.
  • Limite la exposición a temperaturas extremas y utilice siempre protección solar bajo la luz directa del sol.
  • No se rasque para evitar que empeoren los síntomas o la infección.
  • Mantenga hábitos de sueño saludables y controle el estrés.
  • Programe pruebas de alergia periódicas.
  • Manténgase en estrecho contacto con su profesional sanitario para el seguimiento y los ajustes del tratamiento.