El lentigo (hiperpigmentación melánica, lentigo actínico, manchas solares) es una neoplasia benigna de la piel, que consiste en una mancha única multiforme de color marrón claro o un grupo de muchas manchas más pequeñas, pero del mismo tipo. El lentigo suele aparecer en personas mayores de 35 años, generalmente bajo la influencia de la radiación ultravioleta solar. A una edad más temprana, el lentigo es poco frecuente (menos del 20%), y se asocia más a menudo a patología metabólica o a trastornos hormonales. Con la edad, el riesgo de lentigo aumenta: en las personas mayores de 60 años, se encuentra en el 90% de las personas.

Factores predisponentes

No existe una razón clara para la aparición del lentigo. Sólo cabe hablar de factores predisponentes que, en mayor o menor medida, pueden aumentar el riesgo de hiperpigmentación:

  • Radiación ultravioleta: la radiación ultravioleta artificial o solar provoca una producción excesiva de melanina (pigmento de la piel);
  • Cambios hormonales: la aparición de lentigo puede verse afectada por fluctuaciones hormonales en el organismo (especialmente hormonas sexuales, tiroideas y suprarrenales);
  • La radiación ionizante, las enfermedades víricas y las lesiones también pueden desencadenar la aparición o el crecimiento del lentigo;
  • Factor genético: la aparición del lentigo puede deberse al genoma humano
  • Piel clara: Fototipo I-II de la piel según Fitzpatrick;
  • Edad superior a 35 años.

Diagnóstico

El diagnóstico del lentigo se basa en un examen clínico, que incluye un examen rutinario de la formación y una dermatoscopia. Si se sospecha un crecimiento maligno, puede realizarse una biopsia (biopsia por escisión, escisión de toda la formación).

Síntomas

Un examen visual del lentigo determina una mancha o grupo de manchas, posiblemente una ligera elevación por encima de la piel (normalmente no más de 1 mm). La neoplasia puede tener forma simétrica o irregular (fusión de varias manchas, un grupo de manchas separadas, incluso múltiples manchas, que ocupan zonas anatómicas enteras). La superficie tiene una textura de piel ordinaria, pequeña tuberosidad (rugosidad), puede haber descamación.

Los límites del lentigo son claros, pero la mayoría de las veces irregulares (especialmente las manchas grandes, multifocales). La coloración del lentigo varía de marrón claro a marrón. Los colores oscuros suelen estar ausentes. La distribución del pigmento en toda la formación es uniforme. A veces se produce una disminución gradual de la intensidad del color en la dirección del centro a la periferia, o un cambio irregular del tinte en el área de todo el foco pigmentario. Con el tiempo, la intensidad del color puede aumentar. A veces hay tonos grises como resultado de la queratinización de las capas superiores del epitelio.

Por regla general, el lentigo no afecta al crecimiento del vello.

El tamaño del lentigo es muy variable: manchas individuales de 2-3 mm a 3-4 cm, lesiones agrupadas pueden alcanzar varias decenas de centímetros.

A la palpación del lentigo, no hay características: la consistencia de la piel ordinaria. Las sensaciones subjetivas también están ausentes. En las formas de larga evolución, se observa rugosidad, es posible que se produzcan picores.

El lentigo se localiza principalmente en la cara o en otras zonas abiertas del cuerpo. En los ancianos, pueden aparecer manchas en otras partes del cuerpo.

Descripción dermatoscópica

Con la dermatoscopia se visualiza el lentigo:

  • Red pigmentaria uniforme: un patrón de agujeros hipopigmentados y líneas uniformes de marrón claro a marrón oscuro. Las líneas se adelgazan uniformemente hacia la periferia de la formación;
  • Pseudorred: estructura reticulada formada por las bocas dérmicas y los folículos pilosos sobre un fondo de pigmentación marrón difusa;
  • Estructuras anulares-granulares – pigmentación granular que rodea los folículos pilosos en forma de anillo regular;
  • Puntos regulares – son pequeñas estructuras redondas hiperpigmentadas que se sitúan en el centro o se encuentran en las líneas pigmentadas de la red;
  • Tinción uniforme difusa de toda la formación.

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial se realiza con neoplasias pigmentadas como:

  • Hiperpigmentación postinflamatoria;
  • Melanocitosis dérmica congénita;
  • Halo nevus;
  • Nevus de Spitz;
  • Nevus displásico;
  • Lentigo melanoma;
  • Carcinoma basocelular pigmentado;
  • Melanoma.


Riesgos

En ausencia de efectos externos sobre el lentigo (traumatismos, radiación ultravioleta, radiación ionizante) – el riesgo de degeneración maligna del lentigo es bajo y casi comparable al riesgo de melanoma en la piel sin cambios. Signos de una posible malignidad del lentigo: un cambio de aspecto, la aparición de sensaciones subjetivas.

El lentigo maligno (melanosis de Dubreuilh) es una afección precancerosa y, en este contexto, el riesgo de melanoma es significativamente mayor.

Tácticas

En ausencia de cualquier efecto perjudicial sobre el lentigo, cambios en la apariencia y sensaciones subjetivas, el autocontrol es suficiente al menos una vez al año. Si se producen daños mecánicos en la mancha pigmentaria, su irradiación activa con radiación ultravioleta o ionizante, así como si se observan cambios o aparecen sensaciones antes ausentes, es necesario consultar a un dermatólogo u oncólogo.

El especialista determina la posibilidad de una observación dinámica posterior (los plazos se determinan individualmente) o se establecen las indicaciones para el tratamiento. Es necesario eliminar aquellos focos que están sometidos a traumatismos constantes y crónicos con la ropa, joyas o debido a las características del empleo profesional.

En el caso de la observación dinámica, es de gran valor la fotofijación de la neoplasia cutánea, que posteriormente determinará incluso pequeños cambios en el aspecto de la neoplasia pigmentaria.

A los pacientes con lesiones múltiples o grandes de lentigo se les recomienda que un dermatólogo u oncólogo los examine en primavera y otoño (antes y después de la temporada de playa). A estos pacientes también se les recomienda elaborar un mapa de neoplasias cutáneas, lo que simplifica enormemente la observación posterior, la búsqueda de nuevas formaciones o un cambio en las existentes.

Tratamiento

Dado que en la mayoría de los casos el lentigo es sólo un defecto cosmético, los enfoques y la necesidad de tratamiento se discuten individualmente. Si el objetivo no es eliminar un defecto cosmético, no se requiere tratamiento. De lo contrario, las lesiones pequeñas pueden extirparse quirúrgicamente. El lentigo en forma de múltiples manchas claras del mismo tipo puede someterse a un tratamiento conservador en forma de diversos procedimientos cosméticos.

Cualquier influencia externa sobre los focos de lentigo (tratamiento con láser, criodestrucción, cosmetología de hardware) debe llevarse a cabo sólo después del examen por un dermatólogo u oncólogo (idealmente después de la dermatoscopia). En general, no se recomienda el uso de métodos destructivos para las lesiones pigmentarias, ya que no siempre es posible identificar el proceso de degeneración maligna a tiempo y con la ayuda de un único examen clínico.

Si la extirpación quirúrgica no es posible (debido a la zona del lentigo o al fracaso del paciente), y la eliminación de un defecto cosmético se convierte en una prioridad – después del tratamiento, es necesario un cuidadoso control visual de la zona donde se encontraba anteriormente el foco del lentigo.

Prevención

La prevención de la aparición del lentigo y su malignización es una actitud suave y cuidadosa con la piel:

  • Limitación de la radiación ultravioleta (cama bronceadora, bronceado solar);
  • El uso de cremas protectoras durante los periodos de sol activo;
  • Exclusión de traumatismos cutáneos crónicos;
  • Limitación o exclusión de radiaciones ionizantes, riesgos laborales;
  • Cumplimiento de las medidas de seguridad cuando se trabaja con factores que dañan la piel;
  • Higiene personal y concienciación básica sobre los tumores cutáneos.

También requiere la inspección periódica de las manchas de la edad, la consulta oportuna a un especialista en caso de cambios externos y la extirpación de neoplasias potencialmente peligrosas.