El molusco contagioso es una neoplasia benigna, que se eleva por encima de la piel, con un aspecto característico, de naturaleza vírica. El agente causal es el virus del molusco contagioso (MCV), que pertenece al grupo de los virus de la viruela. El molusco contagioso (MC) se presenta con mayor frecuencia en niños y adolescentes, aunque también se da en adultos, especialmente cuando estos últimos padecen afecciones y enfermedades de inmunodeficiencia.

Este tipo de neoplasia se caracteriza por su multiplicidad: por lo general, un grupo de neoplasias incluye hasta diez elementos, aunque a veces también se produce una lesión más masiva. Con la función inmunitaria preservada, puede observarse la involución espontánea del molusco contagioso, pero esto no ocurre antes de transcurridos 6 meses. Debido al alto riesgo de propagación ulterior del MC, la presencia de molestias cosméticas, el riesgo de transmisión a otra persona, el tratamiento comienza sin esperar a la involución espontánea.

Factores predisponentes

La causa de la aparición del molusco contagioso es el virus del mismo nombre. La infección se produce por contacto con la piel a través de artículos domésticos, incluido el contacto del agua con el virus (piscina). Si en los niños la vía más típica de transmisión del virus del molusco contagioso es el contacto con agua y enseres domésticos infectados, en los adultos la transmisión suele producirse por contacto sexual (con contacto estrecho de la piel). Estas vías de infección también determinan la localización más frecuente del molusco contagioso en los distintos grupos de edad.

Los factores predisponentes, que en diversos grados pueden aumentar el riesgo de neoplasias, incluyen:

  1. Estados de inmunodeficiencia;
  2. Enfermedades infecciosas graves;
  3. Higiene personal deficiente;
  4. Lesiones cutáneas crónicas (como las puertas de entrada de la MCV).

Diagnóstico

El diagnóstico del molusco contagioso se basa en la anamnesis, un examen clínico, que incluye un examen rutinario de la formación y la dermatoscopia. Ante una interpretación poco clara o ambigua de la naturaleza de la neoplasia cutánea, así como ante la identificación de sospechas de malignidad, puede realizarse una biopsia (escisión, extirpación completa de la neoplasia).

Síntomas

El examen visual de un molusco contagioso determina una formación en forma de cúpula que se eleva por encima de la piel. La superficie es lisa, en el centro hay una depresión umbilical, un «hoyuelo», a menudo lleno de un contenido blanquecino sin estructura (corcho). Al apretar el MC desde el exterior, el tapón central empieza a sobresalir en forma de varilla.

Los límites del molusco contagioso son claros y uniformes. Color del cuerpo o rosa ligeramente más intenso. El tapón central es blanquecino, de color gris claro, pero no siempre está presente (por regla general, se encuentra en elementos más tardíos).

No hay crecimiento del cabello en un molusco contagioso, pero alrededor – el crecimiento del cabello no se altera, por lo que los pequeños molusco contagioso puede estar en la piel en las zonas de crecimiento activo del cabello, sin cambiar su aspecto general.

Los tamaños del molusco contagioso suelen ser pequeños: 2-5 mm, sin embargo, con un gran número de elementos, estos últimos pueden fusionarse en conglomerados más grandes de hasta 10 mm o más.

A la palpación, el molusco contagioso es ligeramente más denso que la piel normal, pero con el tiempo, los elementos se vuelven más blandos, correspondiendo a la consistencia de la piel o incluso más blandos. Las sensaciones subjetivas también están ausentes, a veces se observa picor.

El molusco contagioso en los niños se localiza principalmente en las extremidades (a excepción de la región palmar y plantar) y la cara, con menos frecuencia en el tronco. En los adultos, es más característica la región del tercio inferior de la pared abdominal, la región inguinal, la región púbica, la zona genital, las nalgas, con menos frecuencia las extremidades y la cara.

Descripción dermatoscópica

Las siguientes estructuras se visualizan con la dermatoscopia del molusco contagioso:

  • Múltiples estructuras redondeadas y ovaladas con bordes claros de color blanco lechoso;
  • Presencia de estructuras sinuosas cerebriformes dentro de la misma formación;
  • Múltiples estructuras redondeadas de color blanquecino y amarillo (patrón poliglobular de sustancia amorfa) en el centro;
  • Líneas radiales no expresadas de naturaleza punteada o sinuosa alrededor de un centro amorfo (la llamada «corona»).

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial se realiza con neoplasias como:

  • Nevus papilomatoso;
  • Nevus de las glándulas sebáceas;
  • Dermatofibroma;
  • Verruga vírica;
  • Queratoacantoma;
  • Forma ganglionar del carcinoma basocelular;
  • Melanoma sin pigmento.

Riesgos

Desde un punto de vista oncológico, el molusco contagioso es seguro y no conlleva un mayor riesgo de malignidad. En ausencia de un efecto externo sobre dicha neoplasia (traumatismo, radiación ultravioleta, radiación ionizante), el riesgo de malignidad es comparable al riesgo de un tumor maligno en la piel sin cambios. Signos de una posible degeneración tumoral: crecimiento rápido, aumento de la densidad, cambio de aspecto, aparición de sensaciones subjetivas.

Desde el punto de vista de una enfermedad vírica, tampoco existen grandes peligros, ya que el virus del molusco contagioso se localiza en la piel y no se propaga a los órganos internos, respectivamente, sin ejercer un efecto negativo.

El molusco contagioso representa sobre todo un problema cosmético y puede causar malestar psicológico. El agravamiento del problema se debe a la «contagiosidad» de la enfermedad.

El molusco contagioso, que sobresale significativamente por encima de la piel, es peligroso por su tendencia a lesionar. Como resultado, hay sangrado, dolor, la herida resultante puede convertirse en la puerta de entrada de otra microflora patógena.

Dada la naturaleza vírica del molusco contagioso, con sus múltiples apariciones, conviene hablar de una disminución de las propiedades protectoras de la inmunidad.

Tácticas

Con el fin de evitar la propagación de neoplasias en la piel, así como para prevenir la transmisión de la enfermedad a otra persona, el molusco contagioso está sujeto a la eliminación del cuerpo. Para ello, es necesario ponerse en contacto con un dermatólogo que llevará a cabo todo el complejo de medidas de diagnóstico y planificar el tratamiento.

La visita inmediata a un especialista está indicada si se han producido daños mecánicos en la neoplasia, exposición activa a la radiación ultravioleta o ionizante, así como si se han observado cambios en el aspecto o sensaciones previamente ausentes.

El seguimiento dinámico del molusco contagioso, por regla general, no se utiliza, a excepción del rechazo del tratamiento por parte del paciente. En este caso, es de gran valor la fotofijación de la neoplasia cutánea con elaboración de un mapa, que permitirá determinar en el futuro incluso los cambios menores en el aspecto de la neoplasia y registrar la aparición de nuevos elementos. Con la progresión de la enfermedad (crecimiento y aumento del número de moluscos) – una revisión de las tácticas con una explicación de la necesidad de tratamiento.

Tratamiento

Para el tratamiento del molusco contagioso se utilizan, por regla general, métodos menos traumáticos de eliminación de elementos:

  • Eliminación con láser;
  • Criodestrucción con nitrógeno líquido;
  • Extirpación con bisturí de ondas de radio;
  • Electrocoagulación;
  • Tratamiento farmacológico local (productos farmacéuticos especiales de farmacia).

Si es imposible llevar a cabo un tratamiento menos traumático, así como en presencia de dudas sobre la naturaleza de la neoplasia, se recurre al tratamiento quirúrgico habitual mediante escisión seguida de examen histológico del material obtenido.

Al extirpar, es importante respetar las normas que impiden la propagación del virus del molusco contagioso a través de la piel.

El paciente se considera curado tras la eliminación de la última almeja. Sin embargo, debido a que las formas iniciales pueden ser muy pequeñas y difíciles de distinguir de la piel sana, se puede hablar de una recuperación clara y sin riesgo de transmisión del virus un mes después de finalizar el tratamiento.

La inmunidad al molusco contagioso no es persistente, por lo que las personas enfermas tienen exactamente la misma probabilidad de reinfección que las personas que nunca han padecido MC. Las medidas preventivas para eliminar los factores predisponentes ayudan a reducir la probabilidad de recaída.

Prevención

La prevención de la aparición del molusco contagioso consiste en una actitud suave y cuidadosa con la piel, el tratamiento oportuno de las enfermedades infecciosas, el fortalecimiento de la inmunidad, una higiene personal adecuada y de alta calidad, y el mantenimiento de un estilo de vida saludable.

Para excluir consecuencias negativas y complicaciones, es necesario:

  • La limitación de la radiación ultravioleta de la zona correspondiente (cama de bronceado, bronceado solar);
  • El uso de cremas protectoras durante los periodos de sol activo;
  • Exclusión de traumatismos cutáneos crónicos;
  • Limitación o exclusión de radiaciones ionizantes, riesgos laborales;
  • Cumplimiento de las medidas de seguridad cuando se trabaja con factores que dañan la piel;
  • La higiene personal y el conocimiento básico de los tumores cutáneos.

También requiere la inspección periódica de la piel, la consulta oportuna con un especialista en caso de detección de cualquier neoplasia.