El granuloma piógeno (granuloma telangiectásico, botriomicoma, hemangioma tipo tejido de granulación, hemangioma capilar lobular, angioma eruptivo, hemangioma inflamatorio) es una neoplasia benigna, que es una reacción local de los capilares sanguíneos en respuesta a un efecto externo (casi siempre una lesión). Los granulomas piógenos aparecen en diversas partes del cuerpo, como las mucosas, la conjuntiva y la córnea. Es más frecuente entre los jóvenes y las mujeres embarazadas.
Factores predisponentes
No existe una razón clara para la aparición de granulomas piógenos. Entre los factores etiológicos, existen muchas versiones. Anteriormente, las lesiones (heridas puntiformes, cortes, cuerpos extraños, quemaduras) se consideraban la causa principal. Sin embargo, hoy en día está establecido que sólo el 25% de todos los granulomas piógenos aparecen en el contexto de lesiones. Otras causas posibles son:
- Enfermedades infecciosas de la piel;
- Dermatosis
- La presencia de grandes superficies quemadas;
- La toma de anticonceptivos orales;
- Recepción de inhibidores de la proteasa;
- Tratamiento del acné con isotretinoína;
- Embarazo (Aumento de la concentración sanguínea de factores de crecimiento).
Diagnóstico
El diagnóstico de los granulomas piógenos se basa en un examen clínico, que incluye una exploración rutinaria de la formación y una dermatoscopia. Si se sospecha un crecimiento maligno, se puede realizar una biopsia.
Síntomas
El examen visual del granuloma piógeno revela una formación semiesférica que se eleva por encima de la piel o con una pierna corta y ancha, la mayoría de las veces simétrica (oval o redonda). La superficie del granuloma difiere de la textura de la piel ordinaria: lisa o lobulada (como las frambuesas), brillante («efecto mojado»), con erosiones o costras, con pequeñas lesiones – sangra con facilidad. Los granulomas grandes después de la infección se han cubierto de placa purulenta con focos de necrosis.
Los límites de los granulomas piógenos son claros y uniformes. El borde está representado por la corola epitelial (el «collar» del epitelio exfoliado). El color es rojo brillante, cianótico, cianótico, en presencia de placa purulenta y focos de necrosis – amarillo sucio, manchas grises. Cuando se presiona, los tonos rojos se desvanecen.
El pelo en la zona del granuloma piógeno por lo general no crece.
Las dimensiones suelen ser de 3-15 mm. Las formaciones de más de 15 mm son raras (con enfermedades sistémicas, estados de inmunodeficiencia, grandes quemaduras, úlceras por presión). El crecimiento del granuloma en 1-1,5 cm suele ser rápido. Su altura sobre el nivel de la piel no suele superar los 5 mm. La regresión espontánea (espontánea) es rara, más característica de las mujeres embarazadas después del parto.
A la palpación del granuloma piógeno, se determina un nódulo blando, elástico e indoloro. Las sensaciones subjetivas también están ausentes. Tras la infección, puede aparecer dolor.
Las neoplasias se localizan principalmente en la piel de las manos y los pies, sobre todo en las superficies palmar y plantar de los dedos (en los lugares donde es más probable que se produzcan lesiones y contacto con cuerpos extraños), en la zona de las crestas ungueales (en el contexto de una uña encarnada), en la cara. Otras zonas, incluidas las mucosas, son poco frecuentes (en función de factores predisponentes: lugares de úlceras por presión, quemaduras, heridas).
Descripción dermatoscópica
Con la dermatoscopia del nevus papilomatoso se visualizan las siguientes características:
- Los síntomas de rigidez y relleno – un signo de la elasticidad del tumor, que, cuando se comprime, palidece y disminuye de tamaño;
- Después de debilitar la presión, la formación adquiere el color y la forma anteriores;
- Gran número de pequeñas lagunas vasculares de color rojo brillante;
- Falta de patrón vascular (vasculatura);
- Batido blanco;
- Ulceración superficial.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial se realiza con formaciones como:
- Enfermedades dermatológicas (pioderma);
- Nevus de Spitz;
- Tumores glómicos de la piel;
- Queratoacantoma;
- Carcinoma basocelular;
- Carcinoma de células escamosas;
- Melanoma (especialmente la forma no pigmentada);
- Angiosarcoma;
- Sarcoma de Kaposi;
- Linfoma de la piel.
Riesgos
En cuanto a los riesgos de cáncer, el granuloma piógeno es seguro. Esta formación no conlleva una mayor probabilidad de tumores malignos. En ausencia de influencias externas (lesiones, radiación ultravioleta, radiación ionizante) – el riesgo de malignidad es comparable al riesgo de cáncer en la piel sin cambios.
En ausencia de atención y tratamiento adecuados, granuloma piógeno, especialmente de gran tamaño, es más peligroso para sus complicaciones en forma de infección y supuración. En estas situaciones, existe el riesgo de generalización de la infección con las correspondientes consecuencias. Además, a partir de grandes granulomas, si están dañados, se puede desarrollar hemorragia, que es difícil de hacer frente por sí solos.
Debido al hecho de que algunas neoplasias malignas pueden ser similares en apariencia al granuloma piógeno o aparecer junto a él, existe un cierto grado de dificultad en el diagnóstico diferencial oportuno.
Tácticas
Si se detecta un granuloma piógeno, se recomienda consultar a un dermatólogo u oncólogo. Tras el diagnóstico diferencial y la eliminación de los riesgos de cáncer, se determina la posibilidad de un manejo conservador o la necesidad de tratamiento. La observación sólo es posible con granulomas pequeños (unos pocos milímetros), en mujeres embarazadas (hay probabilidad de involución espontánea de la educación) o en presencia de otra patología más prioritaria que requiera atención. En todos los demás casos, está indicado el tratamiento del granuloma piógeno.
En caso de que el paciente rechace el tratamiento, es necesaria una observación dinámica activa. Al mismo tiempo, es de gran valor la fotofijación de la formación de la piel, que posteriormente determinará incluso los cambios menores en la apariencia.
Debido al hecho de que la presencia de granuloma piógeno puede dificultar la detección oportuna de tumores cercanos u otros que son similares en apariencia, pero son más peligrosos desde el punto de vista oncológico, se muestra a tales pacientes a ver a un dermatólogo u oncólogo en la primavera y el otoño (antes de la temporada de playa y después de él). De gran importancia es la cartografía de las neoplasias cutáneas, que simplifica enormemente la observación posterior, la búsqueda de nuevas formaciones o cambios en las ya existentes.
Tratamiento
El tratamiento del granuloma piógeno suele ser quirúrgico: escisión clásica en todo el espesor de la piel o escisión a lo largo del plano con la ayuda de un electrobisturí o un radiobisturí. Tras la extirpación, es obligatorio realizar un examen histológico.
Cuando la naturaleza de la formación no ofrece dudas o se realiza una biopsia preliminar con confirmación del granuloma piógeno, la extirpación puede realizarse mediante coagulación con láser, criodestrucción (extirpación mediante nitrógeno líquido) o electrocoagulación (destrucción del granuloma mediante un electrocoagulador).
Dado que el granuloma piógeno es un tumor vascular, puede producirse una hemorragia activa durante la extirpación. En este sentido, tras la extirpación de la formación, es necesario lograr una hemostasia completa.
Prevención
La prevención de la aparición del granuloma piógeno es una actitud suave y cuidadosa con la piel:
- Exclusión de traumatismos crónicos de la piel y quemaduras;
- Limitación o exclusión de riesgos laborales;
- Cumplimiento de las medidas de seguridad cuando se trabaja con factores que dañan la piel;
- Higiene personal y concienciación básica sobre las neoplasias cutáneas;
- Tratamiento oportuno de las enfermedades infecciosas, incluidas las cutáneas.
También requiere el examen periódico de la piel, la consulta oportuna a un especialista en caso de cambios externos en los tumores cutáneos y la extirpación de las neoplasias potencialmente peligrosas.