El nevus papilomatoso (nevus benigno, nevus pigmentado, lunar) es una neoplasia benigna que se eleva sobre la piel. Por regla general, el nevus papilomatoso es adquirido. Con la edad, el número de formaciones aumenta, el pico de aparición se observa a los 15-30 años. Este tipo de nevus se caracteriza por su multiplicidad, cuya proporción aumenta con la edad. Por sexos, los nevus son algo más frecuentes en las mujeres que en los hombres, en una proporción de 3: 2, respectivamente.

Factores predisponentes

No existe una razón clara para la aparición de nevus papilomatosos. Sólo cabe hablar de factores predisponentes que, en mayor o menor medida, pueden aumentar el riesgo de neoplasias:

  1. Factor genético: la aparición de nevus papilomatosos puede deberse al genoma humano;
  2. Radiación ultravioleta: la radiación ultravioleta artificial o solar provoca una reproducción más rápida de las células nevoides (células nevus) y una producción excesiva de melanina (pigmento cuya acumulación se observa en los nevus);
  3. Radiación ultravioleta: la radiación ultravioleta artificial o solar provoca una reproducción más rápida de las células nevoides (células nevus) y una producción excesiva de melanina (pigmento cuya acumulación se observa en los nevus);
  4. Las radiaciones ionizantes, las enfermedades víricas y las lesiones también pueden provocar la aparición o el crecimiento de nevos papilomatosos.


Diagnóstico

El diagnóstico de los nevos papilomatosos se basa en un examen clínico, que incluye una exploración rutinaria de la formación y una dermatoscopia. Si se sospecha un crecimiento maligno, puede realizarse una biopsia.

Síntomas

Un examen visual del nevus papilomatoso revela una formación semiesférica que se eleva por encima de la piel o con una pata corta y ancha, la mayoría de las veces simétrica (ovalada o redonda). Los nevus grandes pueden tener una forma irregular. La superficie del nevus es ligeramente diferente de la textura de la piel ordinaria o finamente tuberosa. A veces, el nevus papilomatoso tiene el aspecto de una formación verrugosa gruesa (la superficie en forma de papilas grandes y desiguales es el nevus verrugoso), que es más típico de los nevus a partir de 8 mm.

Los bordes del nevus papilomatoso son claros y uniformes. Los nevus grandes pueden presentar bordes irregulares. El color de un nevus simple varía de carne, bronceado a marrón oscuro (casi negro), mientras que la distribución del pigmento en toda la formación es uniforme. A veces hay una disminución gradual de la intensidad del color en la dirección del centro a la periferia o diferentes tonos del mismo color dentro de la misma formación (típico de los nevus verrugosos).

La presencia de nevus benignos no afecta al crecimiento del vello. Con menor frecuencia, en la zona del nevus congénito se produce un crecimiento más intenso del vello erizado grueso, que suele combinarse con una pigmentación marrón pronunciada, o viceversa, vello velloso (combinado con nevus papilomatoso hipopigmentado).

El tamaño de los nevus puede variar dentro de amplios límites, sin embargo, las formaciones más comunes son de hasta 15 mm. Los nevus papilomatosos de más de 15 mm son raros. La altura de un nevus de este tipo sobre el nivel de la piel no suele superar los 10 mm. Los nevos papilomatosos en forma de coliflor y de tamaños mucho mayores son raros.

A la palpación de un nevus simple, no se observan características: la consistencia de la piel ordinaria (formaciones más grandes) o ligeramente más blanda (formaciones de hasta 5 mm). Las sensaciones subjetivas también están ausentes.

Las neoplasias se localizan principalmente en la cara, el cuero cabelludo, el cuello, el tronco y, con menor frecuencia, en las extremidades.

Descripción dermatoscópica

Con la dermatoscopia de un nevus papilomatoso se visualizan las siguientes características:

  • Calle adoquinada – una red de elementos pigmentarios ovalados;
  • Estructuras papilares – estructuras tuberosas irregulares, aplanadas debido a la presión durante la dermatoscopia;
  • La elasticidad y la deformación bajo presión (así como los dos primeros puntos) son signos dermatoscópicos característicos de los nevos papilomatosos;
  • Glóbulos – grandes estructuras anulares hiperpigmentadas que se distribuyen uniformemente por todo el nevus o en el centro, rara vez se encuentran en la periferia (incluidos los glóbulos gris-marrón característicos de la hiperqueratosis);
  • Manchas – zonas hiperpigmentadas sin estructura localizadas en el centro;
  • Red vascular – representada por vasos monomórficos difusos ligeramente curvados (vasculatura regular);
  • Tinción uniforme difusa de toda la formación.


Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial se realiza con neoplasias pigmentadas como:

  • Nevus de las glándulas sebáceas
  • Nevus halo
  • Nevus de Spitz
  • Nevus azul
  • Nevus displásico
  • Melanoma


Riesgos

El nevus papilomatoso es seguro y no conlleva un mayor riesgo de melanoma. En ausencia de efectos externos sobre un nevus de este tipo (traumatismo, radiación ultravioleta, radiación ionizante), el riesgo de degeneración maligna es comparable al riesgo de melanoma en una piel sin cambios. Signos de una posible malignidad: un cambio de aspecto, la aparición de sensaciones subjetivas.

Se observa un ligero aumento del riesgo de melanoma en el nevus congénito, pero esto es más típico de las lesiones pigmentadas de gran tamaño (más de 20 cm de diámetro). El riesgo de melanoma en el fondo de un nevus congénito de hasta 20 cm es inferior al 1%.

Tácticas

En ausencia de efectos nocivos sobre el nevus papilomatoso, cambios de aspecto y sensaciones subjetivas, basta con autocontrol (o examen con ayuda de otras personas en zonas inaccesibles) al menos una vez al año. Si se han producido daños mecánicos en el nevus, su irradiación activa con radiaciones ultravioletas o ionizantes, así como si se observan cambios en el propio nevus o aparecen sensaciones antes ausentes, es necesario consultar a un dermatólogo u oncólogo.

El especialista determina la posibilidad de un seguimiento dinámico posterior (las condiciones se determinan individualmente) o se dan indicaciones para extirpar el nevus dañado. Es necesario extirpar aquellos nevus que están sometidos a traumatismos constantes y crónicos con la ropa, las joyas o debido a las características del empleo profesional.

En el caso de la observación dinámica, es de gran valor la fotofijación de las neoplasias cutáneas, que posteriormente determinará incluso pequeños cambios en el aspecto del nevus.

Los pacientes con múltiples lunares requieren un examen por un dermatólogo u oncólogo en primavera y otoño (antes y después de la temporada de playa). A estos pacientes también se les recomienda confeccionar un mapa de neoplasias cutáneas, lo que simplifica enormemente la observación posterior, la búsqueda de nuevas formaciones o la modificación de las existentes.

Tratamiento

Únicamente quirúrgico (clásico, con bisturí eléctrico o radial) con examen histológico obligatorio.

No se recomienda el tratamiento del nevus papilomatoso pigmentado con métodos destructivos (extirpación con láser o criodestrucción).

Prevención

La prevención de la aparición de nevus y su malignización consiste en una actitud suave y cuidadosa con la piel:

  • Limitación de la radiación ultravioleta (cama bronceadora, bronceado solar);
  • El uso de cremas protectoras durante los periodos de sol activo
  • Exclusión de traumatismos cutáneos crónicos;
  • Limitación o exclusión de radiaciones ionizantes, riesgos laborales;
  • Cumplimiento de las medidas de seguridad cuando se trabaja con factores que dañan la piel;
  • Higiene personal y conocimiento básico de los tumores cutáneos.


Asimismo, es necesaria la inspección periódica de los nevos papilomatosos pigmentados, la consulta oportuna a un especialista en caso de cambios externos y la extirpación de las neoplasias potencialmente peligrosas.