La queratosis seborreica (verruga seborreica, verruga senil, queratosis senil, queratoma senil) es un tumor benigno que se eleva sobre la piel con queratinización. Estas formaciones aparecen, por regla general, a partir de los 50 años. La queratosis seborreica se caracteriza por su pluralidad, cuya proporción aumenta con la edad. Es igualmente frecuente tanto en hombres como en mujeres.

Factores predisponentes

No existe una razón clara para la aparición de la queratosis seborreica. Sólo cabe hablar de factores predisponentes que, en diversos grados, pueden aumentar el riesgo de neoplasias:

  • Cambios cutáneos involutivos (relacionados con la edad), con alteraciones histológicas y funcionales: envejecimiento de los queratinocitos epidérmicos con apoptosis tardía;
  • Exceso de insolación;
  • Factor genético: la aparición de queratosis seborreica puede deberse al genoma humano;
  • Las radiaciones ionizantes y las enfermedades víricas también pueden provocar la aparición o el crecimiento de queratomas.

Diagnóstico

El diagnóstico de la queratosis seborreica se basa en un examen clínico, que incluye una exploración rutinaria de la formación y una dermatoscopia. Si se sospecha un crecimiento maligno, puede realizarse una biopsia.

Síntomas

Un examen visual del queratoma seborreico revela una formación aplanada, semiesférica o de pata corta y ancha que se eleva por encima de la piel, la mayoría de las veces simétrica (ovalada o redonda). La superficie del queratoma difiere significativamente de la textura de la piel ordinaria: áspera, seca, con descamación, verrugosa (en forma de papilas secas grandes y desiguales). Las superficies rugosas son más características en las formaciones de más de 10 mm. A veces, la queratinización es tan fuerte que los fragmentos de queratoma pueden desprenderse por sí solos o con poco impacto físico.

Los límites del queratoma senil son claros y uniformes. El color es desnudo, gris, gris-marrón. A veces aparecen tonos rosados o rosa-rojizos. Puede observarse enrojecimiento de la piel sin cambios alrededor de la propia formación.

La presencia de queratoma no afecta al crecimiento del vello.

Los tamaños oscilan entre 5 mm y 20 mm. Las formaciones de más de 15 mm son raras. La altura de un nevus de este tipo sobre la piel no supera los 5-7 mm.

A la palpación, se determina una formación densa, seca y con descamación. Las sensaciones subjetivas suelen ser de ausencia de picor o de picor leve.

Los queratomas se localizan principalmente en el tronco, extremidades superiores. Pueden localizarse en la cara, cuero cabelludo, cuello, extremidades inferiores.

Descripción dermatoscópica

Con la dermatoscopia del queratoma seborreico se visualizan los siguientes signos:

  • Pigmentación de fondo homogénea de gris pálido a marrón;
  • Estructuras tipo comedón: inclusiones queratósicas claras de color gris-marrón de forma correcta;
  • Quistes en forma de milium: estructuras esféricas de color blanco opaco o con un tinte amarillento;
  • Vasos sanguíneos en forma de horquilla;
  • Estructuras parecidas a las circunvoluciones cerebrales;
  • Pseudorredes de color uniforme con bordes irregulares que se rompen bruscamente (típicas de la cara);
  • Pigmentación puntual uniforme de color gris-negro.

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial se realiza con neoplasias pigmentadas como:

  • Queratosis actínica;
  • Nevus papilomatoso;
  • Dermatofibroma;
  • Enfermedad de Bowen;
  • Queratoacantoma;
  • Carcinoma basocelular;
  • Carcinoma de células escamosas;
  • Melanoma.


Riesgos

La queratosis seborreica es una afección precancerosa facultativa. La malignización ocurre raramente y se observa más a menudo bajo la influencia de factores adicionales (lesiones crónicas, quemaduras térmicas y químicas). El riesgo de transformación maligna es del 1-10%. En caso de malignidad, la queratosis seborreica se transforma más a menudo en cáncer de células escamosas (escamosas). A veces, esto sucede a través de una fase clínicamente determinada de la enfermedad de Bowen.

Debe tenerse en cuenta que los pacientes con un gran número de queratomas tienen un mayor riesgo de sufrir un tumor maligno en la piel sin cambios o cerca del queratoma. Esto puede complicar la detección oportuna y el diagnóstico diferencial de los tumores.

Tácticas

En ausencia de efectos perjudiciales sobre el queratoma seborreico, cambios en el aspecto y sensaciones subjetivas, basta con autocontrol (o examen con ayuda de otras personas en zonas inaccesibles) al menos una vez al año. Si se han producido daños mecánicos, exposición activa a radiaciones ultravioletas o ionizantes, así como si se han observado cambios en el propio queratoma o han aparecido sensaciones antes ausentes, es necesario consultar a un dermatólogo u oncólogo.

El especialista determina la posibilidad de una observación dinámica posterior (los términos se determinan individualmente) o se establecen las indicaciones para la extirpación de la formación cutánea dañada. Es necesario extirpar aquellos queratomas que están sometidos a traumatismos constantes y crónicos con la ropa, joyas o debido a las características del empleo profesional.

En el caso de la observación dinámica, es de gran valor la fotofijación de las neoplasias cutáneas, que posteriormente determinará incluso los cambios menores en la apariencia.

Los pacientes con queratosis seborreica se someten a un examen por parte de un dermatólogo u oncólogo en primavera y otoño (antes y después de la temporada de playa). A estos pacientes se les recomienda elaborar un mapa de neoplasias cutáneas, lo que simplifica enormemente la observación posterior, la búsqueda de nuevas formaciones o un cambio en las existentes.

Tratamiento

El tratamiento puede ser quirúrgico o mediante métodos de destrucción local (láser, criodestrucción). Tras el tratamiento quirúrgico (clásico, con ayuda de un electrobisturí o un radiobisturí), es obligatorio realizar un examen histológico.

La extirpación con láser o la criodestrucción se realizan tras un examen obligatorio por un oncólogo y la exclusión de malignidad. Tampoco se recomienda el uso de estos métodos si es imposible realizar un diagnóstico diferencial claro con las neoplasias de naturaleza pigmentada (nevos pigmentados, displásicos y otros).

Prevención

La prevención de la aparición de la queratosis seborreica y su malignización es una actitud suave y cuidadosa con la piel:

  • Limitación de la radiación ultravioleta (cama bronceadora, bronceado solar);
  • Uso de cremas protectoras durante los periodos de sol activo;
  • Exclusión de traumatismos cutáneos crónicos;
  • Limitación o exclusión de radiaciones ionizantes, riesgos laborales;
  • Cumplimiento de las medidas de seguridad cuando se trabaja con factores que dañan la piel;
  • Higiene personal y concienciación básica sobre los tumores cutáneos.
  • También requiere un examen periódico por queratitis, la consulta oportuna a un especialista en caso de cambios externos y la extirpación de neoplasias potencialmente peligrosas.