El queratoacantoma es una neoplasia cutánea benigna, no pigmentada, de crecimiento rápido, similitud histológica con el carcinoma de células escamosas y posibilidad de involución espontánea varios meses después de su aparición. El queratoacantoma – neoplasia adquirida, suele aparecer a partir de los 35-40 años. Es más frecuente en hombres que en mujeres.

Factores predisponentes

No existe una razón clara para la aparición del queratoacantoma. Sólo cabe hablar de factores predisponentes que, en distintos grados, pueden aumentar el riesgo de estas neoplasias:

  • Insolación excesiva: exposición excesiva al ultravioleta solar;
  • Las radiaciones ionizantes;
  • La influencia de compuestos químicos que dañan la piel;
  • Lesiones crónicas de la piel;
  • Cuerpos extraños (astillas, virutas metálicas, etc.).


Diagnóstico

El diagnóstico del queratoacantoma se basa en un examen clínico, que incluye un examen rutinario de la formación y una dermatoscopia. Debido a la similitud externa con las formas ganglionares del carcinoma basocelular y escamoso, suele realizarse una biopsia.

Síntomas

Con un examen visual de los queratoacantomas se determina una formación elevada y aplanada. La superficie en los bordes es lisa, el patrón cutáneo está ausente, en el centro se observa una hendidura cubierta de costra o, por el contrario, una protuberancia formada por exceso de masa córnea. En los tumores grandes o cuando desaparece el estrato córneo, puede haber ulceración en el centro.

Los límites suelen ser difusos (aunque a veces puede haber un borde claro con piel sana), pero son uniformes. La parte periférica del queratoacantoma suele estar representada por un rodillo epitelial. Alrededor puede haber una reacción de la piel sana en forma de hiperemia. La forma del tumor es regular, simétrica.

La coloración en la periferia es rosa mate, rosa-rojo, puede haber tonos amarillentos. En el centro, en presencia de masas córneas – tonos grises. Cuando las costras se van, una superficie de color rosa-rojo con posibles focos de ulceración.

El crecimiento del pelo está ausente.

Los tamaños oscilan entre 4 mm y 40 mm. La inflamación hasta 20 mm suele ser rápida. Por encima de 20 mm, el queratoacantoma crece lentamente, pero en esta fase se une el dolor incluso con un ligero impacto físico, sangrado de la parte central.

A la palpación, se determina una formación densa, pero móvil con respecto a las estructuras subcutáneas.

Las sensaciones subjetivas suelen estar ausentes. Sin embargo, en formaciones de más de 15 mm hay un aumento de la sensibilidad táctil, dolor.

El queratoacantoma se localiza principalmente en zonas abiertas del cuerpo. La localización más frecuente es el antebrazo y el dorso de la mano. También se puede encontrar en la cara, el cuello, la espalda, las piernas, en la zona del pecho. Un poco menos a menudo – el área del abdomen, las caderas.

Descripción dermatoscópica

Con dermatoscopia, los síntomas y signos más fiables de los queratoacantomas incluyen:

  • Tinción rosada homogénea en la periferia;
  • Una región periférica anular de color rosa blanquecino o blanco;
  • La acumulación de masas de queratina en el centro rodeadas por un rodillo en forma de anillo;
  • Inclusiones en forma de pequeños coágulos de sangre (más características de la región central);
  • Patrón vascular periférico;
  • Vasos en forma de horquilla;
  • Vasos lineales;
  • Orientación radial de los vasos.


Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial se realiza con neoplasias como:

  • Cuerno cutáneo;
  • Dermatofibroma;
  • Comedón abierto;
  • Queratosis seborreica;
  • Enfermedad de Bowen;
  • Carcinoma de células escamosas;
  • Carcinoma basocelular;
  • Melanoma.


Riesgos

El queratoacantoma es una afección precancerosa facultativa. La malignización es poco frecuente y se observa más a menudo bajo la influencia de factores adicionales (lesiones crónicas, quemaduras térmicas y químicas). En caso de malignidad, el queratoacantoma se transforma más a menudo en cáncer de células escamosas (escamosas).

Debe tenerse en cuenta que los pacientes con queratoacantoma tienen un mayor riesgo de desarrollar un tumor maligno en la piel no alterada o cerca del queratoacantoma. Esto puede complicar la detección oportuna y el diagnóstico diferencial de los tumores.

Tácticas

Si se detectan o sospechan queratoacantomas, debe consultarse a un oncólogo. Debido al alto grado de similitud de los queratoacantomas con el carcinoma de células basales o el carcinoma de células escamosas, debe realizarse un diagnóstico diferencial exhaustivo, que incluya un examen morfológico tras una biopsia.

Con la confirmación histológica de los queratoacantomas, a pesar de la naturaleza benigna del tumor y la posibilidad de su involución espontánea, no se recomiendan las tácticas de observación. Esto se debe al rápido crecimiento de la educación, la aparición de dolor y sangrado al alcanzar grandes tamaños (más de 20 mm), así como el riesgo de malignidad.

En caso de rechazo del paciente al tratamiento quirúrgico, es necesaria una observación dinámica activa. Además, es de gran valor la fijación fotográfica de los queratoacantomas, que permitirá determinar en el futuro incluso pequeños cambios en su aspecto.

Debido al mayor riesgo de malignidad, así como a la aparición de otras neoplasias cutáneas potencialmente peligrosas, en primavera y otoño (antes y después de la temporada de playa) se realiza un examen dermatológico u oncológico. De gran importancia es la cartografía de las neoplasias cutáneas, que simplifica enormemente la observación posterior, la búsqueda de nuevas formaciones o cambios en las existentes.

Tratamiento

El principal método de tratamiento es quirúrgico: escisión de los queratoacantomas con la captura de piel sana en todo el espesor. Este es el método más eficaz con un bajo riesgo de recurrencia local.

No se recomienda la escisión a lo largo del plano, ya que en este caso, la probabilidad de reaparición de queratoacantomas en el mismo lugar es alta. La extirpación mediante métodos de exposición local (extirpación con láser o criodestrucción) conlleva consecuencias similares.

Prevención

La prevención de la aparición de queratoacantomas es una actitud suave y cuidadosa con la piel:

  • Limitación de la radiación ultravioleta (cama bronceadora, bronceado solar);
  • El uso de cremas protectoras durante los periodos de sol activo;
  • Exclusión de traumatismos cutáneos crónicos;
  • Limitación o exclusión de radiaciones ionizantes, riesgos laborales;
  • Cumplimiento de las medidas de seguridad cuando se trabaja con factores que dañan la piel;
  • Higiene personal y concienciación básica sobre los tumores cutáneos.


También requiere un examen periódico de la piel, la consulta oportuna a un especialista en caso de cambios externos en los tumores cutáneos y la extirpación de las neoplasias potencialmente peligrosas.