La psoriasis vulgar, también conocida como psoriasis estacionaria crónica o psoriasis en placas, es un trastorno cutáneo inflamatorio crónico común que consiste en la descamación en placas rojas bien definidas. A menudo, los cambios cutáneos van acompañados de picor en combinación con cambios en la placa ungueal.
La manifestación de la enfermedad se basa, por un lado, en una predisposición poligénica y, por otro, en factores desencadenantes exógenos y endógenos (por ejemplo, infecciones, fármacos, irritación mecánica).
El punto clave en el diagnóstico es el cuadro clínico y las quejas del paciente junto con los signos patognomónicos típicos (específicos de la psoriasis).
Los principales principios terapéuticos incluyen la queratolisis (con ayuda de preparados de urea o ácido salicílico), así como la disminución de la respuesta inflamatoria y la hiperproliferación de queratinocitos (incluye el tratamiento local y sistémico con diversos grupos de fármacos).
Epidemiología
La psoriasis es igualmente común en hombres y mujeres. La distribución aproximada es del 1-2% de la población. La edad no afecta al riesgo de psoriasis. Sin embargo, dependiendo de la edad, se distinguen psoriasis de primer y segundo tipo:
- Tipo I – aparición de la morbilidad a la edad de 20-30 años (asociada a procesos inmunitarios deteriorados que se heredan);
- Tipo II – aparición de la morbilidad después de los 50 años (no asociada a la herencia).
Etiología
La psoriasis puede tener una predisposición genética (factor hereditario), aparecer sobre un fondo de patología concomitante (más a menudo – enfermedades autoinmunes, trastornos de ansiedad), o ser provocada por diversos desencadenantes:
- Efectos físicos sobre la piel;
- Enfermedades infecciosas (no sólo de la piel, sino también de órganos internos, por ejemplo, las vías respiratorias superiores;
- Toma de determinados medicamentos: betabloqueantes, cloroquina, preparados de litio, interferón;
- Consumo de alcohol;
- Clima inadecuado;
- Factores psicosociales: En la mayoría de los casos, estrés.
Cuadro clínico
La psoriasis es una enfermedad crónica de curso recurrente: los períodos de exacerbación son sustituidos por intervalos asintomáticos de duración variable.
Durante el período de exacerbación, aparecen placas eritematoescamosas en forma de enrojecimiento de contornos nítidos con infiltración cutánea subyacente y escamas lamelares grandes y apretadas de color blanco plateado.
Lugares preferidos de localización de la psoriasis:
- Los lados extensores de las extremidades, especialmente los codos y las rodillas;
- La parte pilosa del cuero cabelludo;
- El tronco, especialmente el sacro y la región umbilical;
- La cara, incluido el conducto auditivo externo;
- Las palmas de las manos y las plantas de los pies;
- Zona genital;
- Uñas: Puede haber una o varias fosetas. Una uña con múltiples fosetas puede parecer la superficie de un dedal, desprendimiento parcial y predominantemente distal de la uña del lecho ungueal, presencia de hemorragias subungueales, distrofia ungueal en forma de destrucción de la lámina ungueal, aparición de rugosidad y turbidez.
El prurito se produce en aproximadamente el 60% de los pacientes.
Diagnóstico
Por regla general, el diagnóstico de la psoriasis se realiza clínicamente (mediante examen).
La exploración física se basa en el examen y la identificación de las placas psoriásicas características, con la tríada psoriásica de Auspitz:
- El fenómeno de la mancha esteárica (secreción libre de escamas de la superficie de las pápulas);
- El fenómeno de la película terminal (superficie rojiza brillante en el lugar de las escamas desprendidas);
- El fenómeno de la hemorragia capilar (tras raspar la superficie enrojecida, se produce una hemorragia puntiforme).
En casos dudosos, puede realizarse una biopsia de la zona cutánea afectada para la confirmación histológica del diagnóstico.
Para evaluar la gravedad de las lesiones cutáneas psoriásicas se utiliza el Índice de Gravedad y Área de la Psoriasis (PASI). Se trata de un sistema para evaluar el área de las lesiones cutáneas y la gravedad de los principales síntomas. Si PASI ≤10 – psoriasis de grado leve, en caso de PASI> 10 – se diagnostica psoriasis moderada o grave.
Diagnóstico diferencial
Por regla general, el cuadro clínico de la psoriasis clásica (vulgar) es bastante claro y comprensible. Sin embargo, en ciertas formas de la enfermedad, como la psoriasis pustulosa generalizada o la eritrodermia psoriásica, es necesario realizar un diagnóstico diferencial con enfermedades como:
- Liquen plano;
- Eczema atópico;
- Síndrome de Stevens Johnson;
- Síndrome de Sézary;
- Eritrodermia ictiosiforme;
- Ictiosis secundaria;
- Enfermedad de Bowen;
- Liquen rosado, etc.
Tratamiento de la psoriasis
El principal objetivo del tratamiento de la psoriasis es reducir la gravedad de los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Cuando el PASI es ≤10, suelen ser suficientes los preparados tópicos. Cuando PASI> 10, se prescribe una combinación de terapia local, sistémica y fisioterapia.
Los principios básicos de la terapia de la psoriasis incluyen:
- Queratólisis primaria como terapia local básica (preparados que contienen urea y ácido salicílico, cremas hidratantes);
- Disminución de la actividad de proliferación de los queratinocitos;
- Reducción de la gravedad del proceso inflamatorio de la piel.
Como tratamiento local, además de los fármacos básicos (urea + ácido salicílico), se prescriben inhibidores de la calcineurina, glucocorticoides tópicos, calciferol y retinoides.
Las indicaciones para la designación de terapia sistémica son:
- Psoriasis grave con un índice PASI> 10;
- Artritis psoriásica;
- Respuesta inadecuada a la fototerapia tópica.
En este caso, se prescriben retinoides, ésteres de ácido fumárico, inmunosupresores, bioterapia (adalimumab, secukinumab, apremilast, etc.). En fisioterapia, la fototerapia parece ser el eje principal.
Complicaciones
Las complicaciones más frecuentes de la psoriasis (normalmente tras un curso grave y prolongado) son las enfermedades cardiovasculares: hipertensión, cardiopatía coronaria, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular agudo.
Además de los efectos sobre el sistema cardiovascular, pueden aparecer síndrome metabólico, obesidad y otros problemas metabólicos.
La infección bacteriana de los focos de psoriasis no es típica.
El pronóstico vital es favorable, pero debido a las quejas y a la estigmatización social de los pacientes con psoriasis, la calidad de vida se reduce considerablemente.
Prevención
Para reducir el riesgo de desarrollar psoriasis y, en mayor medida, prevenir las exacerbaciones, se recomienda evitar los factores desencadenantes, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, excluir los irritantes mecánicos de la piel, controlar el peso corporal, llevar un estilo de vida sano (actividad física regular), tratar a tiempo las enfermedades concomitantes y excluir la ingesta incontrolada de medicamentos (sin prescripción médica).