El papiloma cutáneo (papiloma vírico, verruga filiforme) es una neoplasia benigna que se eleva sobre la piel. Los papilomas víricos suelen empezar a aparecer en la adolescencia, poco a poco estas formaciones se van haciendo cada vez más numerosas. Este tipo de neoplasia se caracteriza por su multiplicidad, cuya proporción aumenta con la edad. También se encuentran papilomas congénitos y adquiridos, cuya etiología vírica está ausente.
Factores predisponentes
Se considera que la principal causa de la aparición de papilomas es el virus del papiloma humano (VPH), con un riesgo oncogénico predominantemente bajo. Sin embargo, dado que casi el 90% de toda la población es portadora de este virus, pero no todos tienen papilomas, es obvio que existen otros factores que predisponen a la aparición de estas neoplasias en la piel.
Entre los factores predisponentes, que en diversos grados pueden aumentar el riesgo de neoplasias, se encuentran:
- Estados de inmunodeficiencia;
- Sobrepeso;
- Trastornos metabólicos del organismo (por ejemplo, diabetes mellitus);
- Enfermedades infecciosas graves;
- Higiene personal deficiente;
- Embarazo;
- Estrés, exceso de trabajo, malnutrición: todo ello provoca una disminución de las propiedades protectoras del organismo;
- Lesiones cutáneas crónicas (como la puerta de entrada del VPH).
Diagnóstico
El diagnóstico de los papilomas se basa en un examen clínico, que incluye una exploración rutinaria de la formación y una dermatoscopia. Para buscar el VPH, hay una serie de pruebas que realizan muchos laboratorios. Si se sospecha un crecimiento maligno, puede realizarse una biopsia.
Síntomas
Con un examen visual del papiloma se determina una formación alargada que se eleva por encima de la piel de la pierna. La anchura de la pierna puede corresponder al diámetro de la propia neoplasia o ser algo más estrecha. La superficie del papiloma tiene una textura de piel ordinaria. Los papilomas de gran tamaño pueden tener una superficie irregular, verrugosa, «irregular».
Los límites de los papilomas son claros y uniformes. La coloración varía desde corporal (lo más frecuente) hasta marrón claro uniforme.
La presencia de papilomas no afecta al crecimiento del vello.
El tamaño de los papilomas suele ser pequeño: hasta 2-3 mm de ancho, hasta 3-5 mm de altura (por encima del nivel de la piel). Los papilomas grandes son raros.
A la palpación del papiloma, no hay características: la consistencia de la piel normal o ligeramente más suave. Las sensaciones subjetivas también están ausentes.
Las neoplasias se localizan principalmente en el cuello, en las regiones axilar e inguinal, en el tronco (tórax, espalda), en las mucosas.
Descripción dermatoscópica
Las siguientes estructuras se visualizan con la dermatoscopia de un papiloma cutáneo :
- Estructura papilar – un elemento aplanado, debido a la presión durante la dermatoscopia;
- La elasticidad y la deformación son signos dermatoscópicos característicos del papiloma;
- Tinción uniforme difusa de toda la formación.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial se realiza con neoplasias como:
- Nevus papilomatoso;
- Nevus de las glándulas sebáceas;
- Nevus halo;
- Dermatofibroma;
- Verruga vírica;
- Molusco contagioso;
- Forma ganglionar del carcinoma basocelular;
- Melanoma sin pigmento.
Riesgos
El papiloma es seguro en términos oncológicos y no conlleva un mayor riesgo de malignidad. En ausencia de un efecto externo sobre dicha neoplasia (traumatismo, radiación ultravioleta, radiación ionizante), el riesgo de malignidad es comparable al riesgo de un tumor maligno en la piel sin cambios. Signos de una posible degeneración tumoral: crecimiento rápido, aumento de la densidad, cambio de aspecto, aparición de sensaciones subjetivas.
Los papilomas son más peligrosos por su tendencia a herir levemente (debido a su forma alargada y sus patas estrechas). Como resultado, hay sangrado, dolor, la herida resultante puede convertirse en la puerta de entrada de la microflora patógena.
Los papilomas intactos causan malestar psicológico y estético.
Dada la naturaleza viral de la mayoría de los papilomas, con sus múltiples apariciones es apropiado hablar de una disminución de las propiedades protectoras de la inmunidad, el transporte de VPH. Dado que el VPH puede tener un alto riesgo oncogénico, es necesario estar más atento a la propia salud y someterse oportunamente a exámenes oncológicos rutinarios realizados por especialistas.
Tácticas
En ausencia de cualquier efecto perjudicial sobre el papiloma, cambios en el aspecto y sensaciones subjetivas, basta con autocontrolarse (o examinarse con la ayuda de otras personas en zonas inaccesibles) al menos una vez al año.
Si se han producido daños mecánicos en el papiloma, exposición activa a radiaciones ultravioletas o ionizantes, así como cambios en el aspecto o sensaciones anteriormente ausentes, es necesario consultar a un dermatólogo u oncólogo.
El especialista determina la posibilidad de un seguimiento dinámico posterior (los plazos se determinan individualmente) o se dan indicaciones para la extirpación de los papilomas dañados. Es necesario extirpar aquellos papilomas que están sometidos a un traumatismo constante y crónico con la ropa, las joyas o debido a la naturaleza del empleo profesional. Los papilomas también pueden extirparse simplemente a petición del paciente cuando presentan un defecto estético o molestias psicológicas.
En el caso de la observación dinámica, es de gran valor la fotofijación de las neoplasias cutáneas, que posteriormente determinará incluso los cambios menores de aspecto.
A los pacientes con papilomas múltiples se les recomienda un examen dermatológico en primavera y otoño (antes y después de la temporada de playa). A estos pacientes también se les recomienda elaborar un mapa de las neoplasias cutáneas, lo que simplifica enormemente la observación posterior, la búsqueda de nuevas formaciones o un cambio en las existentes.
Tratamiento
Para el tratamiento de los papilomas se pueden utilizar métodos menos traumáticos:
- Extirpación con láser;
- Criodestrucción con nitrógeno líquido;
- Extirpación con bisturí de ondas de radio;
- Electrocoagulación.
Si es imposible llevar a cabo un tratamiento menos traumático, así como en presencia de dudas sobre la naturaleza de la neoplasia, se recurre al tratamiento quirúrgico habitual mediante escisión seguida de examen histológico del material obtenido.
La autoextirpación o «excreción» de los papilomas no puede llevarse a cabo debido al alto riesgo de complicaciones (hemorragias, procesos inflamatorios), así como a la incapacidad de determinar de forma inequívoca e independiente la naturaleza de la neoplasia extirpada.
Tras la extirpación de los papilomas, en relación con su etiología vírica, siempre existe el riesgo de que se repita la aparición de neoplasias similares tanto en la zona de extirpación como en las zonas adyacentes. La prevención ayuda a reducir la probabilidad de recaída.
Prevención
La prevención de la aparición de papilomas consiste en una actitud suave y cuidadosa con la piel, el tratamiento oportuno de las enfermedades infecciosas (incluido el virus del papiloma humano, con confirmación de su presencia en el organismo), el fortalecimiento de la inmunidad, una higiene personal adecuada y de alta calidad, y el mantenimiento de un estilo de vida saludable.
Para excluir consecuencias negativas, incluida la malignidad, tras la aparición del papiloma, es necesario:
- Limitación de la radiación ultravioleta de la zona correspondiente (cama bronceadora, bronceado solar);
- El uso de cremas protectoras durante los periodos de sol activo;
- Exclusión de traumatismos cutáneos crónicos;
- Limitación o exclusión de radiaciones ionizantes, riesgos laborales;
- Cumplimiento de las medidas de seguridad cuando se trabaja con factores que dañan la piel;
- Higiene personal y concienciación básica sobre los tumores cutáneos.
También requiere la inspección periódica de los papilomas, la consulta oportuna a un especialista en caso de cambios externos y la extirpación de las neoplasias potencialmente peligrosas.